MATRIMONIO

Enhorabuena. Nos alegramos de vuestra decisión y de vuestro valor para dar fe de vuestro amor al mismo tiempo que de vuestra fe. Para los creyentes nada es casualidad sino regalos de Dios.

Canon-1055 (CDCanónico)

1. La alianza matrimonial por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad, de sacramento entre bautizados.

Finalidad del Expediente

Comprobar que nada se opone a la validez y verdad de este matrimonio (c.1066) y procurar la disposición para la santidad y obligaciones del nuevo estado (c.1063)


Se propone a los novios y padrinos a prepararse mediante los Sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía, como preparación personal.

Invitación extensible a padres y demás familia y a los invitados


Cursillos prematrimoniales

La finalidad del expediente matrimonial también es la preparación personal para contraer matrimonio, por la cual los novios se disponen para la santidad y las obligaciones del nuevo estado.

Los cursillos o encuentros prematrimoniales tienen como objetivo ayudar a los novios a esa preparación personal . Es la ocasión para que la pareja dialogue sobre temas importantes y conozca mejor la naturaleza del sacramento del matrimonio

Te informamos en la parroquia sobre fechas y posibilidades



DOCUMENTCION CIVIL necesaria:

  • Copia de los DNI o permisos de residencia.
  • *Fe de Vida y estado de soltería (Se solicita en el registro civil de la población donde lleves los dos últimos años empadronados)
  • PArtida o Certificado literal de nacimiento actualizado, expedido por el Registro Civil del lugar de Nacimiento
  • *Certificado de empadronamiento

  • Eclesiástica:

  • +Partida o Certificación de su Bautismo, expedida por la parroquia donde tuvo lugar (y si es de diferente diócesis legalizada por el Obispado correspondiente) y de fecha reciente (Menos de 6 meses). En ella constará también la confirmación.
  • +Certificación de haber realizado cursillo o catequesis prematrimonial.


    Testigos expediente:

    Requisitos:

    • Ser mayores de edad.
    • Traer el DNI.
    • No ser familia de primer grado de ninguno de los contrayentes.

    Casos particulares.

    En caso de viudez previa, Matrimonio anterior declarado nulo , o matrimonio civil previo subsistente o disuelto, es necesario aportar documento acreditativo de dicha situación.

    En caso de matrimonio civil anterior subsistente entre las mismas personas que piden ahora el matrimonio canónico acúdase al Vicario Diocesano.

    En caso de residencia fuera de esta parroquia mayor de los últimos seis meses,

    los contrayentes han de acreditar su soltería, mediante documento legalizado por la Diócesis de Residencia y por las entidades civiles.

    Con esta documentación se realiza el expediente matrimonial, que ha de hacerse en la parroquia de cada uno de los novios; que luego se unirán en la parroquia donde se efectúe la boda.


    Francisco repite a los recién casados las tres palabras claves del matrimonio:

    Permiso, gracias, perdón, 

    También ayer noche, el Papa Francisco prosiguiendo la tradición instaurada en sus días por Juan Pablo II se asomó a la ventana del arzobispado de Cracovia para saludar a los fieles reunidos en la plaza, entre los que se encontraban numerosas parejas de recién casados. Como muchos de ellos lo hablaban o entendían el Santo Padre les habló en castellano.

    "Yo, cuando encuentro a uno que se casa... les digo: "¡Estos son los que tienen coraje!" Porque no es fácil formar una familia. No es fácil comprometer la vida para siempre. Hay que tener coraje. Y los felicito, porque ustedes tienen coraje", dijo.

    "A veces me preguntan cómo hacer para que la familia vaya siempre adelante y supere las dificultades. Yo les sugiero que practiquen siempre ...tres palabras que expresan tres actitudes...que los pueden ayudar a vivir la vida de matrimonio, porque en la vida de matrimonio hay dificultades: el matrimonio es algo tan hermoso, que tenemos que cuidarlo, porque es para siempre. Y las tres palabras son "permiso, gracias, perdón". Permiso. Permiso: siempre preguntar al cónyuge (la mujer al marido, el marido a la mujer) "¿qué te parece?¿te parece que hagamos esto? Nunca atropellar. Permiso.

    La segunda palabra: ser agradecidos. Cuántas veces el marido le tiene que decir a la mujer "gracias". Y cuántas veces la esposa le tiene que decir al marido "gracias". Agradecerse mutuamente. Porque el sacramento del matrimonio se lo confieren los esposos, el uno al otro. Y esta relación sacramental se mantiene con este sentimiento de gratitud. "Gracias".

    Y la tercera palabra es "perdón", que es una palabra muy difícil de pronunciar. En el matrimonio, siempre -o el marido o la mujer- siempre tiene alguna equivocación. Saber reconocerla y pedir disculpas, pedir perdón, hace mucho bien. Hay jóvenes familias, recién casados, muchos de ustedes están recién casados, otros están por casarse. Recuerden estas tres palabras, que ayudarán tanto a la vida matrimonial: permiso, gracias, perdón. Repitámoslas juntos: permiso, gracias, perdón. ¡Más fuerte, todos!"

    Bueno, todo esto es muy lindo, es muy lindo decirlo en la vida matrimonial. Pero siempre hay en la vida matrimonial problemas o discusiones. Es habitual y sucede que el esposo o la esposa discutan, alcen la voz, se peleen. Y a veces vuelen los platos. Pero no se asusten cuando sucede esto. Les doy un consejo: nunca terminen el día sin hacer la paz.

    ¿Y saben por qué? Porque la guerra fría al día siguiente es muy peligrosa. ¿Y cómo tengo que hacer, padre, para hacer la paz?, puede preguntar alguno de ustedes. No hacen falta discursos. Basta un gesto. Y se acabó. Está hecha la paz.Cuando hay amor, un gesto arregla todo.

    Los invito antes de recibir la bendición a rezar por todas las familias aquí presentes: por los recién casados, por los que están casados desde hace tiempo y por los que se van a casar.

    Recemos juntos un avemaría, cada uno en su lengua".

    Después de rezar todos juntos el Ave María, el Papa pidió a las parejas, esta vez en italiano, que rezasen por él.

    "Hoy en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta mucha más cortesía. Y esto puede comenzar en casa", dijo Francisco aludiendo a lo que consideró "secreto" del amor.

    Francisco recordó a los jóvenes la necesidad de usar siempre las palabras "permiso, gracias y perdón".

    "Pedir permiso -explicó- significa saber entrar con cortesía en la vida de los otros. A veces en cambio se usan modos un poco pesados, como algunos zapatones de montaña".

    Además la "gratitud", afirmó, es "una flor que crece en tierra noble: es necesaria la nobleza del alma para que crezca esta flor".

    "Decirse gracias mutuamente, para cada cosa. No es una palabra amable que hay que usar con los extraños, para ser educados. Hay que saber decirse gracias, para avanzar bien juntos", agregó Francisco.

    El otro consejo es pedir siempre perdón, según el Sumo Pontífice.

    "En general cada uno de nosotros está listo para acusar al otro y justificarse a sí mismo. Es un instinto que está en el origen de muchos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas", resaltó.

    "También así -dijo- crece una familia cristiana. Sabemos todos que no existe la familia perfecta, y ni siquiera el marido perfecto, o la esposa perfecta".

    "­No hablemos de la suegra perfecta", agregó el Papa con una sonrisa.

    Francisco admitió que "es habitual pelear entre esposos" y puede ocurrir también que "vuele algún plato".

    "Pero por favor recuerden esto, nunca terminen el día sin hacer las paces. Este es un secreto, un secreto para conservar el amor", sugirió.

    "Si terminas el día sin hacer las paces -concluyó- lo que tienes dentro al día siguiente es frío, es duro, es más difícil hacer las paces. Si aprendemos a pedirnos perdón y a perdonarnos mutuamente el matrimonio durará e irá hacia adelante".(Télam)

    29.07.2016


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    Sentido y propósito del matrimonio

    El consentimiento libre y público por el cual la pareja se entrega y se recibe mutuamente es la esencia o "materia" del sacramento del matrimonio.

    El matrimonio es la íntima unión y la entrega mutua de la vida entre un hombre y una mujer con el propósito de buscar en todo el bien mutuo. Dicha relación tiene sus raíces en la voluntad original de Dios quien al crear al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, les dio la capacidad de amarse y entregarse mutuamente, hasta el punto de poder ser "una sola persona" (véase Gn. 1, 22 y 2, 24).

    Así, el matrimonio es tanto una institución natural como una unión sagrada que realiza el plan original de Dios para la pareja. Pero además Cristo elevó esta vocación al amor a la dignidad de sacramento cuando hizo del consentimiento de entrega de los esposos cristianos el símbolo mismo de su propia entrega por todos en la cruz.

    En otras palabras, el consentimiento libre por el cual la pareja se entrega y se recibe mutuamente es la esencia o "materia" del sacramento del matrimonio, de la misma forma como el pan y el vino son la materia del sacramento de la Eucaristía. Dicho consentimiento o símbolo visible de la presencia de Cristo se concretiza, dentro del rito matrimonial, en la fórmula que una vez y para siempre se dicen los esposos con palabras como: "Yo te recibo como esposo(a) y me comprometo a amarte, respetarte y servirte, en salud o enfermedad, en tristeza y alegría, en riqueza o en pobreza, hasta que la muerte nos separe".

    Con esta declaración pública de entrega, consumada después en el acto íntimo de entrega corporal, los esposos se constituyen el uno para el otro en sacramentos vivos de la entrega de Cristo a la humanidad. Ellos son por tanto los verdaderos ministros de este sacramento. Pero para que su declaración sea reconocida, la Iglesia pide que los esposos pronuncien este consentimiento frente a un testigo autorizado por la Iglesia que puede ser un sacerdote o un diácono y frente a la comunidad cristiana.

    El compromiso celebrado en el rito se convierte en el estilo de vida de los esposos que, a través de su cotidiana entrega y fidelidad, hacen de su amor el lugar donde el conyugue es amado, servido, escuchado y atendido como Cristo mismo lo haría. En otras palabras, el sacramento del matrimonio no se reduce al rito que lo celebra, sino que consiste en "ser sacramento" o presencia visible de Cristo para el cónyuge, todos los días y en todas las circunstancias que la vida les presente. Por esta razón el matrimonio es junto al sacramento del orden sacerdotal un sacramento de servicio que, vivido con el apoyo permanente de la gracia de Dios, es un camino excelente de santidad.

    Es además en el seno de esta relación estable y generosa donde Dios quiere que sean engendrados los hijos para que sea el amor la cuna donde se reciban las nuevas creaturas y se constituya la familia, y la sociedad. Parte esencial del amor de los esposos es pues estar abiertos a acoger con amor y responsabilidad la vida nueva que pueda surgir de sus relaciones maritales. Así, su amor mismo se convierte en instrumento disponible a la obra creadora de Dios.

    En pocas palabras, tanto por su donación y servicio mutuo como por su misión co-creadora, los esposos son sacramento vivo y permanente del amor de Cristo por la humanidad y se convierten en "Ministros de la Iglesia Doméstica" donde a diario están llamados, junto al pan y la palabra, a partir y compartir la vida de Cristo con su cónyuge, sus hijos y quienes los rodean.

    La Iglesia entera o "Familia Cristiana" se beneficia igualmente del sí sacramental que a diario se dan los esposos pues este es un testimonio invaluable que sostiene a todos los cristianos en el camino de entrega y servicio al cual hemos sido llamados.

    Para mayor profundización en el tema léase Catecismo de la Iglesia Católica #1601-1666.